Barbacoa 0% m.g. II

Hace ya casi un año que escribí la entrada de Barbacoa 0% m.g. Se las vuelvo a dejar aquí por si a alguien se le escapó. ¡Cómo pasa el tiempo! Hoy les dejo la segunda parte ya que comienza el buen tiempo y con él, las ganas de reunirse con amigos alrededor de un buen asadero (o barbacoa, para los peninsulares) y disfrutar de una comida, sin tener que ser sinónimo de festín desproporcionado de grasas y calorías.

Tendemos a asociar la barbacoa con alitas de pollo, chistorra, salchichas, chorizos, morcilla, papas arrugadas…y cuando parece que ya vamos a salir rodando con los entrantes (¡¿qué, esto sólo eran los entrantes?!), aparece el típico enteradillo con su buen chuletón de buey, un delicioso lomo alto o jugosas chuletas para chuparse los dedos. ¿Y qué hace la gente como yo que no come carne o que, simplemente, no desea terminar desabrochándose el primer botón del pantalón para poder seguir respirando? Muy fácil: echarle un Toque de Candela a los asaderos y girar 180º la idea que tenemos de los mismos, haciéndolos mucho más saludables, ricos y ligeros. ¡Hay que dejar hueco para el postre y vinito! ;)

Pero antes de adentrarme con las recetas de hoy, quiero hacer una pequeña introducción sobre mi pasión por el turismo rural. O más bien, mis alegatos en contra de las grandes cadenas hoteleras. Respeto totalmente que cada uno elija el tipo de descanso y ocio para desconectar de nuestro día a día, así que no me tengan en cuenta si con mucho humor critico las estancias en hoteles. Tienen que entenderme ya que sufro levemente de hiperacusia. Se trata de un síndrome que convierte los sonidos cotidianos del ambiente en dolorosos y quienes lo padecemos sentimos que los sonidos habituales pueden convertirse en intolerables. No lo tengo diagnosticado (todavía) pero me encanta ponerle nombres científicos a las cosas que me suceden para justificar así mis sentimientos:

- Carla, no bajes más el volumen, apenas puedo escuchar la película.

* Pero si está altísima.

- No oigo nada.

* Pues lee los labios.

- Pero si está doblada al castellano.

* Padezco de hiperacusia, cariño.

Fin de la discusión. Jajajaja 

Yo sé de uno al que le sonará muchísimo esta conversación. Así pues, también padezco amaxofobia, pánico irracional a sentarme frente al volante y conducir (a mi carnet le está saliendo moho en la cartera) y soy hipotensa. Todo esto sin diagnosticar, ¡no quiero saber cuántas más cosas debo padecer y yo sin enterarme! Pero con este cuadro clínico, está claro que mi sitio no es un hotel. No soporto compartir mi tiempo de descanso en una piscina abarrotada de niñ@s gritando. Si, sé que yo también tengo una, pero créanme si digo que es suficiente. Cien Candelas gritando y lanzándose a la piscina más verde que azul debido a la incontinencia urinaria de algunos peques y no tan peques, salpicando, no es mi ideal de relax. Debido a mi hiperacusia, no entro en restaurantes que estén a rebosar o tengan la música alta. Así que no me imagino en un bufet abarrotado de gente empujándose por coger el último trozo de bacon frito, de su tercer plato, de los entrantes. Y encima debido a mi no diagnosticada hipotensión no puedo acceder al Spa a relajarme después de tanto estrés, porque las dos veces que lo he intentado, he acabado viendo nubecitas blancas y tirada en el suelo con los pies en alto. No, gracias.

Así que tengo el placer y la suerte de conocer muchas de las casas rurales de la isla, ya que necesito de vez en cuando estar en contacto con la naturaleza, escuchar simplemente a un molestoso abejorro en el dormitorio mientras leo, cabras balando de fondo, perros ladrando desde distintos puntos de las montañas comunicándose al más estilo gomero y algún que otro gallo ciego cacareando a las 5 de la mañana. Ainsss, ¡eso sí que es relax!

Sobra decir que adoro cocinar, es uno de mis hobbies preferidos y que más me relajan junto a la pintura y lectura. Al igual que con estos otros dos, cuando cocino no puedo pensar en otra cosa y mi mente se evade de la cotidianidad. Entiendo la gente que no disfruta tanto cocinando y prefieren ir a un sitio en donde les sirvan, pero vamos a ver si después de estas recetas, se animan a ponerse manos a la brasa.

Tartar de salmón y aguacate

Les presento unos entrantes a base de verduras y un plato principal de pescado. Si, pescado a la brasa. ¿Empezamos?

CHAMPIÑONES A LA BRASA CON AJO Y ROMERO

Ingredientes

Papel de platina

10 champiñones grandes

1 diente de ajo

1 rama de romero

Aceite de oliva

Sal

Elaboración

1. Cortamos los champiñones lavados en cuartos y los colocamos sobre el papel de platina.

2. Añadimos un diente de ajo, sal y un chorro de aceite. Cerramos bien sellado la platina para que no se salgan los aromas.

3. Colocamos sobre las brasas y dejamos que se infle unos 20 minutos.

4. Retiramos y abrimos con cuidado de no quemarnos.

El olor que desprenden estos champiñones, no tienen descripción. Es muy sencillo y lo pueden hacer también en casa al horno.

BERENJENAS ASADAS CON VERDURAS, ALBAHACA Y LIMÓN

Ingredientes

3 berenenas

Hojas de albahaca

Piel de limón

Cebolleta picada

Pimienta roja o guindilla

Tomate picado y despepitado

Aceite de oliva virgen

Sal

Elaboración

1. Cortamos las berenjenas longitudinalmente y le hacemos incisiones en la carne para que se asen antes.

2. Las ponemos sobre las brasas unos 30 minutos dándoles la vuelta de vez en cuando siempre que hayamos limpiado bien la parrilla.

3. Las retiramos y cortamos en tiras. Por otro lado, picamos las verduras con la piel del limón y mezclamos con el aceite, sal y zumo de limón.

4.Vertemos el aliño sobre las berenjenas asadas y acompañamos con unas hojas de albahaca para darle todo el aroma de Italia. Queda realmente delicioso, sabroso y fresco.

BACALAO AL PAPILLOTE CON VERDURAS

Ingredientes

Un lomo fresco de bacalao con la piel (sirve cualquier pescado blanco limpio y fresco)

½ cebolla

1 diente de ajo

1 trocito de jengibre

Piel de un limón

1 tomate picado y despepitado

½ Pimineto rojo

1 poco de pimienta roja o pincante

Aceite de oliva

Sal y pimienta

Elaboración 

1. Al igual que los champiñones ponemos sobre la platina el pescado con la piel hacia abajo.

Colocamos encima todas las verduras y piel de limón bien picadas, aceite, sal y pimienta.

2. Cerramos bien nuestro paquete de papillote para que se haga el pescado a la brasa y se condensen en su interior todos los jugos y aromas.

3. Dependiendo del grosor del pescado, pero aproximadamente entre 20-30 minutos, tendremos un bacalao a la brasa realmente delicioso.

Como pueden ver, este fue el menú junto a unos pimientos asados para dos personas. Disfrutamos de unos platos muy sabrosos y jugosos, pero a la vez, equilibrados y sanos. Nos quedó huequito para acompañarlo de un espectacular vino y una buena conversación con las cabras de fondo, los perros preguntándose algo que no llegué a comprender, alguna que otra mosca queriendo probar nuestros manjares y mi hiperacusia reducida a la nada.

Así que hoy me despido con el relax y la calma que sólo se obtienen fuera de las grandes urbes, fuera de los falsos diagnósticos que nos hacemos, fuera del estrés laboral, fuera de los purés salpicados en las paredes, fuera de los claxons, fuera de los insultos al volante, fuera de las reprimendas del jefe y fuera de las exigencias auto impuestas. Esa calma y tranquilidad no sólo se encuentra en el turismo rural y el contacto con la naturaleza, en realidad están dentro de nosotros lo que necesitamos propiciar el medio adecuado para sentirlas.

Feliz y placentero día a tod@s y gracias por tomarse unos minutitos en relajarse, desconectar, sonreir y acompañarnos entre estas líneas.