Quiero hablarles
sobre este tubérculo muy especial que
conocí, hace ya unos años, y que desde entonces es esencial en muchas de mis
elaboraciones. Como algunos perspicaces habrán podido deducir del título, estoy
hablando del jengibre.
¿Pero qué es el jengibre? Se trata de una
planta herbácea, cuyo bulbo es parecido a una papa de dudoso atractivo, es una
raíz cuyas propiedades terapéuticas son infinitas.
De hecho, es una de las plantas más populares en la medicina tradicional china. Al ser muy rico en aceites, vitaminas minerales, antioxidantes y aminoácidos, otorga grandes beneficios a nuestro organismo, como son los siguientes:
- Disminuye los dolores reumáticos y menstruales
- Es eficaz contra la gripe y
los resfriados,
al favorecer la expectoración
- Mejora el flujo sanguíneo, por
lo que previene las enfermedades cardiovasculares
- Es un afrodisíaco natural, al
estimular la libido
- Es un antidepresivo natural
- Combate el envejecimiento
prematuro y reduce los niveles de estrés
- Disminuye las migrañas al
bloquear los efectos de la protasgladina
- Previene el cáncer
de colon y de ovario
- Facilita la digestión
| Foto de Google |
Hace algunos años era inusual encontrar en
España este ingrediente en el mercado o restaurantes locales, pero con el auge
de la cocina oriental ha pasado a tener un lugar privilegiado en muchos platos
de nuestra gastronomía. Recuerdo la primera vez que degusté este manjar dentro
de unas deliciosas verduras salteadas con langostinos. Hasta mi boca llegaron
matices de frescor, cítrico y un cierto toque picante. Por más que intentaba imaginarme de dónde venía esa ralladura de color amarillenta y textura fibrosa
que tanto potenciaba el plato, no llegué a imaginar su extraño y poco
atractivo aspecto.
Después de esta introducción, les dejo con dos fantásticas
cremas frías con las que se sorprenderán a sí mismos y a cualquier invitad@:
CREMA FRÍA DE MELÓN CON JENGIBRE
CREMA FRÍA DE MELÓN CON JENGIBRE
Ingredientes
½ melón
maduro
½ cebolla
1 diente
de ajo
1 trozo
de jengibre fresco sin piel (la misma cantidad que ajo)
Media copa
de cava o vino blanco dulce espumoso (opcional)
5
cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2
cucharadas de vinagre de jerez
Sal y
pimienta
Elaboración
1. Metemos
todos los ingredientes cortados en dados en la batidora para que se trituren
bien.
2. Una vez
batidos, agregamos el aceite, vinagre, sal y pimienta y volvemos a batir para
emulsionar.
3. Si se
quiere conseguir una crema más fina, se puede colar (a mí, personalmente, me gusta
tal cual, con algunos grumos).
4. Guardamos
en la nevera y está lista para tomarse bien fresquita.
Nota
Se puede
acompañar con un poco de jamón serrano y unos dados de melón como he optado en
esa ocasión, o prescindir del jamón para todos nuestros amigos veganos ;)
Y con respecto a añadir cava o algún vino blanco espumoso, aportará un punto de frescor burbujeante curioso. No obstante, para quienes no beban alcohol o si se hiciera para niños, es completamente prescindible.
CREMA FRÍA DE CALABAZA Y NARANJA AL JENGIBRE
La receta original de esta fría sopa cremosa es del chef Martín Berasategui, lo que
yo he echado el toque de candela a través del jengibre que no figuraba en su
elaboración. El punto aromático que se obtiene es, sencillamente, espectacular.
½ kg de pulpa de calabaza
4 Cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
50 g de cebolla y puerro picados
½ l de caldo o de agua
1 pastilla de caldo concentrado (si empleamos agua)
1 Tira de piel de naranja sin la parte interior blanca
100 g de queso fresco de buena calidad
Sal
1 trocito de jengibre (como un diente de ajo)
4 Cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
50 g de cebolla y puerro picados
½ l de caldo o de agua
1 pastilla de caldo concentrado (si empleamos agua)
1 Tira de piel de naranja sin la parte interior blanca
100 g de queso fresco de buena calidad
Sal
1 trocito de jengibre (como un diente de ajo)
1. Pelamos la calabaza y la troceamos de forma que
el peso sea medio kilo. En una olla amplia añadimos una cucharada de aceite a
fuego medio, introducimos la cebolla, puerro, el trozo de jengibre, un poco de
sal y los trozos de calabaza.
2. Rehogamos durante cinco minutos sin que la verdura coja color. Hay dos opciones, o añadimos caldo de verdura o el agua caliente y una pastilla de caldo concentrado de buena calidad. Además introducimos la piel de naranja.
2. Rehogamos durante cinco minutos sin que la verdura coja color. Hay dos opciones, o añadimos caldo de verdura o el agua caliente y una pastilla de caldo concentrado de buena calidad. Además introducimos la piel de naranja.
3. Cocemos el conjunto a fuego medio durante 20
minutos añadiendo justo al comenzar una pizca de sal.
4. Por último retiramos con la ayuda de una espumadera la piel de naranja. Batimos con cuidado, añadimos el queso fresco y las tres cucharadas restantes de aceite de oliva virgen. Rectificamos de sal y a la nevera.
¡No pueden imaginarse la sorpresa de este plato al tomártelo bien frío con todos los aromas de la naranja y el jengibre!
4. Por último retiramos con la ayuda de una espumadera la piel de naranja. Batimos con cuidado, añadimos el queso fresco y las tres cucharadas restantes de aceite de oliva virgen. Rectificamos de sal y a la nevera.
¡No pueden imaginarse la sorpresa de este plato al tomártelo bien frío con todos los aromas de la naranja y el jengibre!
Nota
Puede servirse con unas almendras laminadas que aportarán el punto crunchy al plato y unos germinados que harán las veces de fideos.
Y para acabar este post, quiero compartir con ustedes las múltiples utilidades que yo le doy al ingrediente de hoy para dejar atónito a cualquiera: jengibre fresco picado dentro del clásico mojo verde canario, en el interior de un pollo asado junto con ajos y medio limón, una rodaja bien limpia con piel dentro de un gin tonic o cuando quiero sorprender metiéndole un matiz diferente a un gazpacho. ¡Como ven no hay límites en la imaginación a la hora de usar este preciado tesoro de la tierra, el cual modifica cualquier receta! Les animo a probarlo y a dejarse maravillar por el toque especial que dará a sus platos. Feliz fin de semana y gracias, nuevamente, por seguirnos y compartirnos.

Me ha encantado la utilización del jengibre en las cremas frias. No lo había probado. Me encanta utilizarlo en queques (en polvo como tu apuntas) y me encantan los caramelos de ginger (jengibre) y las galletas. Ánimo con tu blog, Carla... me gusta mucho
ResponderEliminarMuchas gracias Ana por tus palabras. El jengibre en polvo está bien para repostería pero te animo a probarlo fresco en platos fríos o calientes, verás que cambio ;)
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