"El
que emplea demasiado tiempo en viajar, acaba por tornarse extranjero en su
propio país"
René
Descartes, filósofo francés
Descubrir Luzón, la isla principal en donde se encuentra la capital
Manila, es perderse entre cascadas infinitas de arrozales, aldeas maravillosas
o en pueblos indígenas como los ifugaos, que subsisten a base
de arroz, hortalizas, boniatos y frutos que la tierra les brinda. Aún recuerdo
perfectamente las dos noches que pasamos en una cabaña típica de allí,
construida sobre pilares, a la que se accede por una escalera de madera
artesanal apoyada en la puerta de entrada. Las casas están construidas en
altura debido a los monzones que asolan este archipiélago en los meses de
verano. Y como no podía ser de otra forma, nos cogió un monzón en medio de la
aldea, a la que únicamente es posible llegar a pie después de más de
tres horas de trekking. Dejarse calar hasta los huesos por una cortina opaca de
agua, con un sonido ensordecedor, es una de las experiencias más intensas y
liberadoras que he experimentado jamás. Y es que mirar de frente a la
naturaleza y entregarse a su implacable salvajismo, da una lección de
vulnerabilidad y fragilidad indescriptibles.
Después de la crudeza del norte, recorrimos la
paradisíaca isla de Palawan, en donde nos dejamos mimar por las aguas
turquesas, los impresionantes fondos marinos y su maravillosa gastronomía. Si
algo caracteriza a Filipinas es, sin duda alguna, su deliciosa cocina. La
variedad de pescados, mariscos, verduras, frutas, carnes, etc., hacen de este
país, un referente para los amantes de la buena comida. Disfrutar de una
langosta a la parrilla en la orilla de la playa, de un plato
de nuddles con infinitas verduras, de arroces aromatizados y de fideos o
rollitos de arroz con mariscos, son algunas de las delicias que se pueden
degustar en este archipiélago.
Después de esta breve introducción en un pedacito del sudeste asiático, vamos con las recetas de hoy que guardan relación con el país vecino al que aún no he tenido el placer de ir, pero en mi lista de destinos figura: Vietnam.
ROLLITOS VIETNAMITAS (FRÍOS Y CALIENTES)
Sin
duda alguna, si quieren sorprender en una original comida, atrévanse a probar
con los rollitos vietnamitas. No dejarán impasible a ningún comensal.
Comencemos
hablando un poco sobre el producto para quienes no lo conozcan. A simple vista
son unas finas obleas de arroz que se parten si las intentamos doblar o
manipular en seco.
El
modo de empleo es muy sencillo ya que sólo hay que calentar un poco de agua
(sin hervir), verterla en un recipiente lo suficientemente ancho para que quepa
la oblea entera. En este caso, yo he usado una bandeja de horno
rectangular. Con las manos bien limpias, sumergimos una a una durante un
minuto hasta que se ablande, la sacamos y las ponemos sobre un paño limpio para
secarla. Podemos comprobar cómo ha cambiado de textura y ahora es blandita,
gelatinosa y algo chiclosa. Está lista para manipularla y rellenarla de lo que
queramos.
ROLLITOS
VIETNAMITAS CON LANGOSTINOS Y SALSA THAI AGRIDULCE
Ingredientes
Un
trozo de puerro
1
zanahoria
1
aguacate
200
g de langostinos crudos
Rúcula
para
la salsa:
4
cucharadas de salsa soja
zumo
de media naranja
1cucharada
de miel
un
trocito de jengibre rallado
Elaboración
Cocemos
los langostinos en agua hirviendo unos 10 minutos (depende del grosor),
cortamos la cocción metiéndolos en agua fría con hielo, pelamos y reservamos.
Cortamos en tiras de similar tamaño el puerro y la zanahoria. Laminamos el
aguacate. Colocamos todos los ingredientes en la mitad de la oblea junto con la
rúcula y enrollamos. No tienen que quedar perfectos, pero si bien prietos para
que a la hora de morderlos no se deshagan.
Servimos
con la salsa que se consigue mezclando bien todos los ingredientes.
Nota
Estos
rollitos los pueden encontrar en cualquier supermercado chino y en Alcampo.
¡Cada vez los veo en más sitios! Este plato tiene muchas ventajas como es poder
realizarlo unas horas antes y tenerlo ya enrollado en la nevera, listo para
cuando lleguen los invitados.
Otra
opción muy divertida, que he hecho en varias ocasiones, es colocar todos los
ingredientes en el centro de la mesa en distintos cuencos o en una bandeja
separados (podemos añadir todos los que queramos: lombarda, mango, col china o
bok choy, canónigos, palitos de cangrejo...). Calentamos el agua y la ponemos
en un recipiente en el centro para que cada comensal prepare su propio rollito
con los ingredientes que elija. Se les da un pañito a cada uno y a disfrutar de
este festín haciéndoles partícipes de la elaboración. ¡Todos a comer con las
manos y palillos!
ROLLITOS
VIETNAMITAS DE VERDURAS Y CORDERO AL
HORNO CON SALSA DE PICOTAS
Ingredientes
Paletilla
de cordero asada desmenuzada
1/2
Cebolla y pimiento verde
1/4
col lombarda
1
zanahoria
1
puñado de pasas
Para
la salsa
200
g de picotas sin hueso
180
g azúcar moreno
1
trozo de canela en rama
corteza
de un limón
Elaboración:
Esta
es la típica receta que se me ocurre cuando he tenido restos. En este caso, me
había sobrado carne de cordero de una paletilla que había asado el día anterior
en el horno durante 2 horas a 180ºC con un aceite, sal gorda y pimienta.
Cortamos
las verduras en julianas y comenzamos sofriendo en aceite de oliva la cebolla,
una vez blandita añadimos la zanahoria y, por último, la lombarda ya que tarda
menos en hacerse. Incorporamos las pasas y la carne de cordero desmenuzada.
Retiramos del fuego, dejamos enfriar y hacemos nuestros rollitos con este
relleno. Basta con introducirlos en el horno, precalentado a 200ºC, unos 15
minutos o hasta observar que le la oblea se ha endurecido y ha cogido un color
dorado. Adquieren una textura crujiente y muy ligera.
Para
salsa ponemos a calentar en un caldero las picotas sin hueso, con el azúcar, el
trozo de rama de canela y la corteza de limón. Dejamos que se vuelva mermelada
a fuego lento durante una hora (cuando veamos que ya tiene textura de
mermelada). Se puede batir aunque yo suelo optar por los tropezones, al estilo
rústico, pero eso según gusto de cada uno. Metemos en un biberón de aliñar
reducción de vinagre balsámico, agitamos bien y ya podemos "pintar"
nuestro plato.
Nota:
La
receta puede modificarse y hacerse con pollo, con cerdo, sin carne, etc., eso
lo dejo vuestra imaginación.
Con
estas ideas que les presento, quedan inaugurados mis fogones, los que espero
sean pronto nuestros y podamos compartir e intercambiar sugerencias.
Bon
apetit, no olviden echarle el toque de candela a la vida y disfrutar de cada
bocado que es único e irrepetible.










fan absoluta!!! Me encanta el blog! Muchas felicidades, Carla, efectivamente traspira lo mejor de ti. Un beso muy grande
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Noe. Y un placer que lo hayas inaugurado tú. Te devuelvo el besazo!
EliminarPor cierto, soy Noe
ResponderEliminarViajar y comer, un buen tándem. Bonito viaje y mejor relato. Me gusta tu estilo, me quedo por aquí.
ResponderEliminarmuchas gracias! Me alegro de tenerte por aquí y de poder compartir recetas, relatos y mucho más. Feliz comienzo de semana :)
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